martes, 16 de noviembre de 2010

El Vaso de Whisky

Sin complejos... Voy a empezar citándome a mí mismo, no sin antes animaros a que envieis cualquier cita o frase ingeniosa que nos sirva para darle rienda suelta a las malas lenguas. El caso es que leyendo cosas olvidadas del disco duro, me he encontrado con algo que escribí hace unos años y que me ha tocado la fibra sensible hoy. Decía lo siguiente:

"Y de repente el mundo se cae, siempre ocurre de la misma forma, sin apenas una milésima de segundo para beber un trago de whisky, o para meterse un chute de anestesia y no sentir cómo el dolor de la traición resquebraja el alma humana con saña y alevosía".

No, no hace falta que lo digais: ese día no estaba de muy buen humor, y la verdad es que no se muy bien si hoy tampoco porque, después de mucho tiempo sin necesitarlo, llevo unos días con ganas de un buen vaso de whisky que adormezca un poco la legión de hormigas que se pasean por mi estómago. Aparte de mi caso particular, que no tiene la mayor importacia, sé que muchas veces cualquier persona que haya tenido que enfrentarse a un cambio brusco de su realidad en tan solo un segundo ha echado de menos un buen trago, o algo más fuerte. Se puede hablar de muertes, de cuernos, de mentiras, de accidentes... No quiero quitarle importancia a todo eso, ni mucho menos, pero yo deseo poner el acento en esas catástrofes que, sin ser tan nefastas como lo anteriormente mencionado, son capaces de cambiar nuestras vidas para siempre en tan solo un segundo. Conozco a muchos hombres que les ha ocurrido algo así por conectar su cerebro durante un rato, simplemente con eso. A algunas mujeres les sucede cuando llegan cansadas a casa por las noches y se miran al espejo después de haber desperdiciado 4 toallitas del Mercadona en desmaquillarse.

¿Os acordais del segundo exacto en el que descubrísteis que los Reyes Magos son los padres? Y el día que pudísteis elegir si El Duque seguía vivo o moría para siempre... ¿que sentísteis? ¿Hay alguien que pueda describirnos lo que sintió al pasar la última página de aquel maravilloso libro que ya nunca podrá olvidar? ¿Y qué hay de esa canción que lo decía todo en 5 minutos?

Hay quien dice que la vida no es más que eso, una serie de cambios importantes que puestos uno detrás de otro componen un extraño camino que nos lleva a madurar y a crecer. Yo añadiría que esos cambios también nos hacen más duros y que en determinadas ocasiones nos van despojando poco a poco de la inocencia. Pero, como siempre, la vida tiene un plan B, y cuanto más listo te crees y más cosas has creido aprender, ahí está ella para demostrarte que siempre vas a necesitar un buen vaso de whisky porque nunca vas a dejar de sorprenderte de lo que es capaz.


3 comentarios:

Anónimo dijo...

La de Wisky que me he tomado yo. Y los que he dejado de tomar, a pesar de que los necesitaba.Y no se, si fueron los wiskys, o lo que te lleva a ellos, pero mataron la inocencia. Muchas veces cuando tomaba uno para recuperarme de algo, terminaba siendo peor. Al final, de lo que tenia que recuperarme era del wisky. Lo que me hizo descubrir que el wisky no cura nada, y para colmo no recuperas la inocencia.

Jose M. Camacho dijo...

Está claro que el whisky no nos devolverá jamás la inocencia, y que quizá haya vidas como la tuya que necesiten mucho whisky, pero tampoco es cuestión de que el whisky se convierta en otro problema... Uy, vaya lio. Lo único que sé es que siempre queda una pequeña brizna de inocencia, y eso es como las ascuas de una hoguera: hay que soplar y se reaviva con su llama caliente.

Unknown dijo...

Un niño que ríe, ajeno .
Un niño que ríe.....
A lo lejos, el silencio.
Caminos que no conducen a nada.
Caminos que en el mismo sitio acaban.
Historias de hadas y gobiernos.
De siglos distintos y plumas empuñadas.
Por gente parecida en todo...y en nada.
Da vueltas mi cabeza, ignorando pensamientos peligrosos.
Que no se pare en ninguno de ellos.
Que se apiade y siga adelante.
Que siga el viento su curso.
Y que el hombre no viva a pulso.
En esta historia real o ficticia.
Que de algún modo nos salpica.
Un niño que ríe menos ajeno....y un silencio cada vez, mas ameno.

Me siento único y no afortunado.
Como un ser raro,como un pájaro desterrado.
Es como una flor que no huelo y una vida que no aprovecho.
Maldita sea este sentimiento que solo yo en concreto siento.
Y bajo una fachada...me lamento.

Un niño que ríe menos ajeno y un silencio cada vez... mas ameno.

Creo que quise expresar ese momento que describes con el ejemplo de los reyes magos,el instante en el que empieza el desgaste de la inocencia.

FUE UNO DOBLE.

S.R.G.