domingo, 6 de marzo de 2011

Paraíso

Una gran luz me calentó el corazón, y los flecos de mis heridas dejaron de rugir. La calma inundó mis playas, los soles ralentizaron su paso para mí, y todas las dudas empezaron a ser razonables. Vivir, pensé... Es tan sencillo como vivir.

Meter los pies en el agua fría de tu mar de dudas... Andar por la arena marcando tu paso con intención... Dejar huella... Acostarte después en mitad del atardecer naranja y no permitir que la ira arruine ni un solo segundo. Sólo hay que mirar, ser consciente, tener los ojos abiertos... vivir.

Salir de noche a mirar las estrellas y leer allí todas las respuestas, como enigmas que se desbaratan... Respirar el verdor, rozar la humedad con la punta de la piel, dejar que la tierra siga su ciclo dentro de tu propio cuerpo... Sólo hay que llenar los pulmones de aire... vivir.

Caminar por senderos imposibles, sin miedo a caer... Buscar las carreteras del alma a tientas, con las palmas de las manos abiertas para no ser despojado del camino. Correr y después volar.

El paraíso parece tan sencillo como abandonarse a vivir.

1 comentario:

Unknown dijo...

Desempolvándome del follaje que me ha sepultado por unos días me encuentro con este paraíso, que radia optimismo,florece con ilusiones que llenan mi paleta de colores y dibujan una sonrisa contagiosa que agradezco a dos grandes personas.

Tengo muchas ganas de veros ¡¡¡ Un abrazo muy fuerte.